SONDEO

 




Después de dos evaluaciones virtuales, el profesor observó que las notas promedio de toda la clase habían bajado. Esta anomalía se debía a que algunos alumnos sacaron notas demasiado bajas, cuando en su evaluación anterior tuvieron calificaciones aceptables. De nada sirvieron los consejos de siempre, esos que repetía el profesor de lograr buenas notas al principio, porque luego se hace más difícil. Tenía que parar ese relajo en seco; de otro modo, parte de sus pupilos jalarían la asignatura.

Antes de la siguiente prueba calificada, el profesor envió un mensaje a todos los alumnos. Les comentó lo que dedujo. Para ayudarlos pidió que sus alumnos encendieran las cámaras, de modo tal que los comprometía a prestar más atención. El mensaje fue enviado a propósito apenas 10 minutos antes del inicio de clases.  De esa manera, los alumnos no sentirían la presión de golpe y sería válida la flexibilidad.

Tal cual asumió el profesor, no todos los alumnos prendieron sus cámaras. En realidad, fueron pocos. El profesor bromeaba. Decía que nadie les iba a decir nada si no se habían peinado, o si su habitación estaba en desorden, o si comían algo mientras atendían la clase; aunque si veía a alguien en pijama, eso implicaba demasiado relax.  Una alumna dijo que no prendería la cámara porque estaba en pijama. ¿En serio?  dijo el profesor.  No profe, sólo bromeaba, pero no me he peinado.

-     ⎻ ¿Ustedes que creen muchachos?  ¿Está en pijamas o despeinada? preguntó el profesor a todos los alumnos.

-        ⎻ Un sondeo profe requirió Alfredo, uno de los alumnos con buenas calificaciones y con buen sentido del humor.

La clase continuó y el profesor no hizo el sondeo, pues a pesar que las respuestas eran anónimas, era posible que se genere un alboroto. La lección del día siguió avanzando sin novedades. Mientras el profesor dejaba un ejercicio de desarrollo en clase, Alfredo aprovechaba esos momentos para escribir un mensaje privado al profesor en la ventana del chat. Pedía que se llevara a cabo el sondeo.  Más aún, continuó solicitándolo las siguientes clases. El profesor se divertía, aunque procuraba disimular su sonrisa, pues al fin de cuentas su cámara sí estaba a la vista de todos los alumnos. Además del buen sentido del humor de Alfredo, al profesor le gustaba la persistencia del alumno. Seguro le sería útil en su vida profesional, cuando ejerciera como abogado.

Al profesor no le quedó otra que escribirle a Alfredo un mensaje personal: Tú ganas, pero mientras no sea una exigencia encender las cámaras no puedo hacer el sondeo, sino cómo verificamos.  Alfredo le respondió que tenía razón que sería un caso sin resolver. El profesor, para cerrar el tema, le dijo que al menos dejaría evidencia pública, aunque con una condición: Si superas tu nota en la siguiente evaluación publicaré un relato en mi blog para que recuerdes tu paso por esta asignatura. Alfredo replicó el mensaje con un OK.

1 comentario:

  1. Prender las camaras y mostrar sus rostros, deberia ser la partida y el cierre de toda asignatura.

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