EL PULPO

Seria la primera vez que Ethan expondría ante su maestra. Apenas tenía tres años de edad. El ambiente virtual ayudaba a que pierda el temor de estar parado presencialmente frente a sus amiguitos. Su mamá y su papá le ayudaron a preparar la exposición el fin de semana previo. Imprimieron dibujos del pulpo y ayudaron a Ethan a llenar con colores esas curvas delineadas. Luego hicieron un gran panel que pegaron en la pared.  Con un puntero en mano, el pequeño exponía ante sus padres el texto que había enviado la profesora a través de la plataforma educativa.

La cuarentena se había levantado una semana atrás. La mamá había regresado a trabajar a su oficina, pero le pidió a su esposo que hiciera una video llamada por whatsapp  con el altavoz activado porque no quería perderse la presentación de su hijo.

El momento llegó. Ethan se paró frente a la pantalla de la laptop. Buenos días Miss, papitos, mamitas y amiguitos. Hoy voy a expone e pupo. La madre de Ethan lo miraba a través del celular de su esposo.

E pupo e un animal acuático. Tiene tes coazones. Su sange es de colo azu. Ethan señalaba con el puntero tal como había practicado y siguió hablando por un momento más.  Si se asuta…. Si se asuta…  Procuraba recordar. Su mamá gritó: ¡bota una tinta negra! La maestra se dio cuenta. Silencio señora y deje por favor que su niño se desenvuelva. Si se asuta bota una tinta nega pala escapa …

Al terminar, el niño recibió los aplausos virtuales de su clase. Su madre desbordaba un océano de emoción que hizo correr su delineador. Ethan buscó con la mirada a su papá. ¿Lo hice bien papi? Claro que sí mi campeón. Se abrazaron como dos pulpos.

Herberth Iván Roller Rivera