TULIPANES
Luciana había terminado de servirle el desayuno a Bruno cuando se percató que ya no tenía tiempo disponible. Se despidió de Vincent con un beso volado y le hizo recordar que llevara la caja con útiles escolares a la sección de Bruno. Vincent aún no terminaba de ducharse. Quiso desearle un feliz día de la mujer a Luciana, pero se acordó cinco minutos después. Ni modo, mandó un mensaje breve por WhatsApp y se cambió apresurado. Dejó a su hijo en el colegio y se fue a la oficina.
El día estuvo ocupado tanto para Luciana como para Vincent. Él le pidió a su
secretaria que comprara unos tulipanes para su esposa y que se los enviara al
trabajo. ¿Qué mensaje le pongo en la tarjeta jefe? Te amo. ¿Así nomás jefe?. Ya no tengo más tiempo
para pensar. Ok, ya le aviso luego. Al poco rato, Vincent salió con la
camioneta de la compañía para visitar uno de los proyectos que tenían en ejecución.
Por el apuro, dejó el celular sobre su escritorio.
Luciana se la pasó toda la mañana en los bancos para refinanciar unas
deudas. Los tulipanes le llegaron antes del almuerzo y le refrescaron el ánimo.
De inmediato le escribió a Vincent por WhatsApp. Me has hecho sonreír. Están
lindas mi amor, sólo que faltó un poema. Sabía que su marido era de pocas
palabras, pero ella siempre era exigente. Y al no recibir respuesta lo llamó. Él no
contestó. Hubiese seguido llamándolo por el resto del día de no ser por el
mensaje que recibió sobre Bruno. Su hijo
vomitó y lo hemos mandado a la enfermería. Tuvo que pedir permiso en la oficina
para ir a recogerlo. Por suerte que la madre de Luciana estaba disponible y se encontraron en
la clínica. Luciana no pudo ubicar a Vincent por el resto de la tarde.
Vincent llegó a la hora de salida a su oficina. No quiso retener a su secretaria
en ese día de la mujer. Aún le faltaba revisar su correo electrónico y sabía muy
bien que al menos tenía para una hora más. Como de costumbre, no hizo ninguna reservación.
Dejaba que Luciana escogiera el lugar para salir. La llamó ni bien el celular tuvo
carga, sin leer los mensajes que le llegaron. Todo se canceló, más no el
trabajo que necesariamente tenía que terminar, que se prolongó por unos pedidos
que su jefe le solicitó en uno de los correos electrónicos que no vio a tiempo.
La noche estaba bien avanzada para cuando Vincent llegó a su hogar. Su suegra
veía una telenovela en la sala. Bruno acababa de dormirse. Luciana le pidió que
bajara la voz. Susurraron por unos buenos minutos. Aún está con fiebre tu hijo así
que es probable que tenga malestar. Vincent sabía que por más que la madre de
Luciana estaba en casa ella no dejaría de levantarse al menor ruido. Así que pidió
una pizza por delivery. Recién en ese momento vio los tulipanes. Luciana
no sacó la malla de las flores para mantenerlas protegidas. Vincent Se imaginó
la sonrisa de Luciana al verlos. Estaban hermosos. Los colores eran intensos.
Una hora después los dos se fueron al dormitorio. Escogieron una película.
Luciana saltó de la cama al escuchar los quejidos de su hijo. Mira nomás tú y
ya me cuentas. Una hora después Luciana regresó. Vincent le contaba la película.
Ella reposaba la cabeza sobre el pecho de él. Le preguntaba una que otra cosa que
no entendió. Él explicaba y narraba las partes que omitió. Ella se quedó dormida,
abrazándolo. Él estaba cansado. No era su costumbre dejar las cosas a medias así
que postergó el sueño hasta acabar la película. Rezó al terminarla. Adoraba
tener a su esposa así en sus brazos. Le conmovía su abnegación por Bruno. Qué
más podía pedir. La cobijó como si se tratara de un tulipán
cubierto en malla. En esa noche estrellada
dormían los dos.
Me encanta como es que se asocia el tulipán con el acto de dormir, muy buena historia.
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