MEDIDAS DE DISPERSIÓN
Intenté estar atento mientras el profe explicaba cómo usar la calculadora para sacar la desviación estándar de una tabla de frecuencias. Seguí los pasos, de veras, pero no me salió el resultado. Ya no quise volver a intentarlo. No era un error estadístico, de esos que no se incluyen en un intervalo de confianza. Era yo, que por algún motivo, era incapaz de ingresar datos de manera correcta.
El profe
siguió hablando de las medidas de dispersión, en tanto que yo empezaba a
divagar. Apagué mi cámara. No contesté cuando el profe me llamó para dar una
respuesta. Pensé que pasaría desapercibido. Lo cierto es que por un buen rato
sentí que el profe me escudriñaba, a pesar que tenía la cámara apagada.
Ya estaba
oscureciendo. Me escabullí. Ingresé a un
videojuego en línea. Le disparaba a todo enemigo al frente. Recordé a mi amigo
que hace poco se retiró de la universidad, porque tuvo un problema familiar en
medio de la pandemia. Seguía activo en mi clase virtual. Se me vino a la mente
que no terminé mi parte de un trabajo grupal. En el peor de los casos podía
fingir síntomas de COVID.
No decepciones
a tus viejos, me dije a mi mismo. Podía jalar mis cursos. Estaba abrumado entre
tantas cosas que no podía manejar. Abrí
la ventana en pleno invierno. Necesitaba respirar. Ahora sí de veras, no más de
media hora de juego y ya. Vamos, hay que
ponerse las pilas. Mejor un jueguito más
y mañana empiezo…
Abrí la puerta
del ropero para ponerme una casaca. En la penumbra, ni siquiera pude ver con
claridad mi imagen en el espejo. Me sentí borroso, desenfocado, disperso.
la gente tiene que tener en cuenta que no podemos tener miedo de dar un salto de fe cuando aprendemos algo nuevo, no podemos ser reprimidos por el miedo que tenemos.
ResponderBorrarLoa errores nos ensenan q debemos tomar otro camino y que los unicos que trancamos la llegada al exito, somos nosotros mismos al no volvee a intentar.
ResponderBorrarMuy buenas historias. No deje de escribir.
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