GOLPE DE ESTADO EN BARATARIA

 

Ante su escaso raciocinio, Sancho Panza, gobernador de la ínsula de Barataria, se proclamó presidente. Con su amplio poder, saltaron sus hienas a robar por doquier. El falso discurso de gobernar para el pueblo no le daba más resultado y el Congreso buscaba las formas para destituir al iletrado.

Sancho, desperado, aterrado porque sería procesado, se le ocurrió disolver al Congreso. Se inició el golpe de Estado. No sabía el pobre Sancho que hasta sus ministros no lo avalarían. Ni idea tenía que por sí mismo cambió de corbata para ponerse una soga al cuello.

Apenas unas horas duró el golpe de estado. Hasta sus más allegados no podían creer que fuera tan bruto. Sin embargo, puesto que también ellos podrían ser denunciados y encarcelados, no se le ocurrió mejor pretexto que decir que a Sancho lo habían drogado.  Los demás miembros de su partido se reían de tal estupidez. Sus más cercanos partidarios seguían en su mentira. Seguían creyendo que Sancho regresaría al poder.