EX ALUMNOS
Las peleas en
el chat de ex alumnos no cesaban. Los memes insultantes generaron la salida del
grupo de algunos de los ex compañeros de aula. Entre ellos estuvo Luis. Juró
que no iba a regresar. Sus mejores amigos lo llamaron y él no tuvo reparos en aceptar las disculpas.
Luis insistía que ninguno de los candidatos presidenciales le daría de comer. Por
tanto, si sus amigos del colegio querían hablar de política deberían mesurarse.
La fraternidad, que siempre se manifestó en el grupo, se resquebrajaba.
En el tiempo
extra, que tuvo Luis en las tres siguientes semanas, volvió a leer algo de
literatura de su biblioteca y navegó en internet. Encontró un artículo del catedrático Jorge
Yamamoto, quien argumentaba sobre la necesidad de fortalecer los valores de la
sociedad. Yamamoto también señalaba los
antivalores del Perú con miras al bicentenario: La Argolla Machetera y el Así Nomás.
Luis pensó que ese concepto de la Argolla Machetera se había expandido en su
grupo más que el COVID-19. No quiso quebrar su auto exilio, pero tampoco quería
que las rencillas siguieran entre sus amigos. Así que propició una reunión virtual
vía Zoom.
La sesión
virtual se inició con bromas. Brindaban con un vaso a la distancia en cada hogar.
Conversaban sobre las épocas de escuela y de sus familias. Hasta que alguien
volvió a nombrar el futuro del país. Otra vez el infortunio del verbo. Eres un ignorante. No me jodas. Ándate al
carajo.
La reunión
terminó antes de lo previsto. Luis buscaba entre sus libros un proverbio, acaso
árabe, acaso chino, pero era adecuado para la ocasión. Recordaba que después de
leerlo, lo escribió con lapicero azul dentro de una de sus novelas de Coelho.
Hasta que encontró la página. “Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la
palabra dicha, la flecha lanzada y la oportunidad perdida”.
Luis prefirió
no malograrle la noche a su esposa. Tomó
un par de cervezas y se fue a sentar sobre la hamaca de su jardín. Sentía el
dolor de una flecha clavada en el pecho. Bebía sin pronunciar palabra alguna. Tal
vez vendría una pesadilla para incendiar su dolor. Tal vez un sueño con una
nueva ilusión.
Tres cosas que siempre hay que recordar
ResponderBorrarpienso q esa lucha de ideas debe hacerlo uno frente al espejo y la tolerancia y el respeto hacia los demas, es el valor fundamental.
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