UNIVERSOS PARALELOS

 

Bertoldo tenía un acceso lento a internet que le complicaba seguir sus clases virtuales. Estaba por terminar su carrera técnica. Le angustiaba pensar que la pandemia continuaría y que no encontraría un trabajo adecuado.  Al menos mantenía su trabajo a medio tiempo que le permitía seguir con sus estudios. Seguía esforzándose al máximo, esperanzado en que algún momento la suerte estaría de su lado.

De un momento a otro sintió que tenía una vida distinta y eso le gustaba. Su mundo, al que hasta entonces consideraba real, le parecía un remedo del que de pronto se le apareció en su mente. Lo veía por partes inconexas, pero a medida que avanzaban los días lo sentía con más intensidad.

Bertoldo pudo observarse de espaldas. Sabía que era él mismo, a pesar de no verse el rostro. Usaba ropa de buenas marcas y estaba en un lugar más lujoso. Sin duda se trataba de otro país, según pudo observar las montañas a lo lejos y los enormes rascacielos a su alrededor. Se vio más joven, adolescente. Se dio cuenta que estaba en los primeros ciclos de universidad. Tenía internet de fibra óptica. Se sintió feliz de verse tan bien. Ya quería desaparecer de su mundo tan frustrante para integrarse de lleno a ese nuevo comienzo.

Bertoldo se observó por varios días. Lo tenía todo. Una biblioteca virtual, videos resúmenes de sus profesores, seguimiento de sus avances. Se observó cada día jugando videojuegos. Lo tenía todo, menos las ganas de esforzarse al máximo.

De un momento a otro dejó de ver por completo ese nuevo universo. En definitiva, concluyó que ese remedo de sí mismo no era él.