INESPERADO
Días antes de navidad Silvana entró al centro comercial la Rambla de San Borja. Solo iba a mirar ropa para relajarse. Por la pandemia, a su padre le bajaron el sueldo y todo el año su familia se la pasó reduciendo gastos. La prioridad era que ella aún pudiera seguir estudiando en la universidad.
Silvana
salió triste porque todo lo que le gustaba estaba fuera de su alcance. Así que
prefirió caminar por un rato. Tenía ganas de llorar. De pronto fue interceptada
por un joven médico antes de cruzar la calle Morelli y le dio un volante
informativo. Ante de eso, no se percató de la carpa de donación de sangre para
el Instituto Nacional del Niño.
No quería donar
pues tenía miedo de engordar, de contagiarse de VIH, o provocarse anemia. El
joven médico disipó sus miedos y sin más dudas aceptó. Al fin de cuentas me
sobra el tiempo ahora que se acabaron mis clases. Mientras llenaba un formato,
le pincharon el dedo para verificar su hemoglobina. Luego esperó a que se liberara un sillón. En ese ínterin recordó que cuando falleció su hermanito,
años atrás, ella era aún menor de edad y no le permitieron donar. Listo, pasa
adelante, le dijo una enfermera. Silvana se sentó. Toma esta botella de agua
completa. Gracias. ¿Alguna vez has donado sangre? No nunca. Entonces será mejor
que no mires la aguja.
Después de reposar, Silvana se paró de lo más normal. Le obsequiaron unas galletas y una camiseta. Salió feliz porque según el folleto había salvado la vida de algún niño que no conocía. A media cuadra divisó a una mujer, con un bebé en brazos, que pedía propina. Ella no tenía monedas para darle, pero le regaló sus galletas. Siguió caminando, y sacó de la bolsa el polo que le obsequiaron. Ama, dona, vive, tenía impreso en la parte frontal. No esperó a llegar a casa, sino que se lo puso encima de la blusa que llevaba puesta. Al instante sintió la sonrisa de su hermanito, volteó a todos lados para buscar. Sintió que la tomó de la mano y la envolvió con sus alas. Siguió caminando, con sus ojos remojados, con el mejor regalo inesperado que recibió días antes de navidad.
Que bonito se siente compartir algo de uno mismo y ayudar a otros en el milagro de la vida.
ResponderBorrarUn buen gesto de Silvana. Siempre hay algo para dar.
ResponderBorrarqué historia conmovedora que muestra la importancia de donar sangre para salvar vidas.También tener consideración la significado de tener el deso de ayudar si puedes a una persona.
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