VILLANCICOS

 


Llegó Diciembre y ya habían pasado tres meses desde que el pequeño Bruno inició sus lecciones de piano cada sábado. Según la maestra, era el momento de aprender villancicos para que su pupilo alegrara la navidad en su hogar.

Luego de repasar las canciones aprendidas al inicio de la clase, Jingle Bells fue el primer villancico que tocaría Bruno. El grado de dificultad aumentó para el niño, porque tenía que tocar teclas diferentes en cada mano. Al terminar la clase Bruno no pudo aprenderla por completo. No te preocupes que tendrás toda la semana para practicarla. Miss, a mi me gusta Rodolfo el Reno. Perfecto, entonces le mando a tu mamá las notas a su celular y así te aprendes las dos canciones. Ok Miss.

El sábado siguiente Bruno no podía completar ninguno de los dos villancicos. Sus dos manos no coordinaban. Era como si sus dos tiernos hemisferios cerebrales se estrellaran en cada intento. No puedo Miss. Vamos, hagámoslo por partes. Un error tras otro. La desesperación. Bruno tocó cualquier tecla del piano con exabrupto. Tranquilo, respira. No puedo Miss. Todo tiene que practicarse y no siempre sale a la primera. No puedo. No tires la toalla tan pronto, concéntrate, quiero escuchar que digas que sí se puede. Sí puedo Miss. Más fuerte que no escuché. Sí puedo. Eso, con actitud, ahora empecemos de vuelta y repetiremos tres veces cada parte. Bruno pudo avanzar con más confianza hasta que se fueron los errores. Ya ves, ahora toquemos un villancico completo. Otros nuevos errores. Un nuevo no puedo. Otra vez a reforzar el ánimo.

El llanto de frustración llegó y el consuelo de la maestra no esperó. Solo se trata de perseverar. Papá Noel se esfuerza mucho para entregar regalos en Navidad. Sería muy bonito que cuando llegue a tu casa tú le toques Rodolfo el Reno. ¿Cree que le guste Miss? Estás bromeando, ese es su villancico favorito. Pero está difícil Miss. Mira Brunito, si te lo aprendes seguro que te trae un regalo que te va a encantar. Eso sí que sería fantástico, pero ya se acabó la hora de clases Miss.

Unas cuantas palabras más y el lloriqueo cesó. El alumno y su maestra se dieron un abrazo virtual. La quiero Miss. Yo también Brunito. ¿Me mandas un beso? El niño se acercó a la pantalla de su laptop y luego soltó un sonoro mua.


3 comentarios:

  1. Muy tierno el mua. El que persevera alcanza.

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  2. NO EXISTE DISTANCIA CUANDO HAY CALOR HUMANO Y GANAS DE HACER LAS COSAS. MURRUMUAU

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  3. Que historia para mas inspirational enseñando que en la vida todo se puede lograr si tenemos fe en nostoros mismos y personas alrededor soportando nuestros sueños

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Muchas gracias por leer y comentar.

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