BOOM

 



Los combatientes de Soft Combat vinieron a visitarnos al Parque Olave en varias ocasiones.  En todas ellas, los niños que asistían al parque dejaban su timidez y se atrevían a usar las armas. A los adultos también nos gustaba el espectáculo. El señor H observaba las armas en silencio. Las veía con más detenimiento que el resto.

Nadie sospechaba nada. El señor H sorprendería a los vecinos, tanto niños como adultos.  Entró en un periodo de investigación. Encontró videos de Youtube donde se enseñaba cómo confeccionar armas de Soft Combat. El problema radicaba en que no tenía en mente confeccionar una, o dos o tres. Se había dado cuenta que el Soft Combat era algo que le gustaba a los niños del parque. Una corazonada le decía que el 2021 sería para los pequeños el año en que combatieron a la pandemia. Esa visión le llevó a pensar en una mayor producción para que varios niños pudieran participar.

En una tarde, el Señor H salió con un bolsón y lo colgó en una rama de un árbol del parque. Dentro, por lo menos había una docena de espadas. Cada espada tenía internamente un tubo de pvc cubierto con espuma, para ser más preciso con churros de natación. Todas las espadas estaban forradas con cinta plateada para simular que eran de acero.

El bolsón en el árbol brillaba. Los niños lo vieron. La pueril curiosidad no tardó en acercarse. La algarabía tampoco tardó en iniciarse. Los pequeños corrían con espada en mano tras malhechores, se ocultaban tras los árboles, conquistaban territorios. En esa ocasión, cambiaron los papeles. Los niños ya no fueron espectadores de Soft Combat sino los protagonistas. Se había iniciado un boom.

Los adultos mirábamos a los pequeños combatientes. No pudimos dejar de conversar e intercambiar opiniones. Los vientos del recuerdo empezaron a estrellarse en nuestros pechos.  Fuimos al pasado, cuando en la generación de muchos de nosotros se prohibieron las importaciones.  La nostalgia cuando recolectábamos cachibajes para hacer ballestas, arcos o espadas. Seguimos conversando, alternando los tiempos, dejando a los niños correr. 


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