INTRODUCCIÓN

 



Solía jugar con mi hijo en el Parque Minería. Poco a poco notaba que la pandemia socavaba la algarabía del pasado.  Era muy baja la probabilidad que el Corona virus se ensañara con niños e infantes.  No obstante, la decisión de muchos vecinos fue la de proteger a sus pequeños y se alargó la cuarentena. Y dentro del hogar, la pantalla apacigua y calla a los niños, aunque los padres sabemos que es contraproducente para su desarrollo intelectual y social. Hasta que la culpa de privarle a mi hijo de una niñez plena terminó por vencer mi comodidad. De a pocos me daba más tiempo para compartir con él, a falta de sus amigos, y en una de esas ocurrió algo inesperado.

Un día caminaba por el Parque Olave —a tres cuadras de mi residencia—. No recuerdo con precisión el momento. Tampoco recuerdo la razón: tal vez mera casualidad o quizá algún evento especial. Lo cierto es que mi hijo se acercó a un grupo de niños que jugaba en el parque y se integró. Ahí estaba el Señor H participando de actividades lúdicas con los niños. Lo vi correr entre los pequeños.  Estoy casi seguro que él se divertía tanto o más que ellos. Me dieron ganas de hacer lo mismo, pero el sedentarismo y la madurez dejaron a mi niño dormir aquella vez.

Fue un tira y afloja con mi hijo. A veces, él me pedía regresar al parque Olave. Otras veces era yo quien se lo exigía para sacarlo de los video juegos. Con el tiempo me hice amigo de muchos vecinos, incluyendo al Señor H.

Este breve relato lo escribo a modo de introducción para llevar una bitácora de ficción de lo que acontece o se genera dentro de los límites del sector 6 de San Borja, a donde pertenecen el parque Minería y el Parque Olave. Suele suceder que la ficción cobra vida propia y las geografías se extienden. Así que, dado que se sigue consolidando la integración, se puede vislumbrar que en un futuro cercano algunos relatos, anécdotas, crónicas o cuentos abarcarán nuevos horizontes.

Finalmente, si bien todas las historias que se publiquen no tienen un protagonista particular, en muchas de ellas merecerá mi mayor atención el Señor H, personaje creado a semejanza de un amigo que priorizó la formación de sus pequeños hijos sobre el resto de sus actividades.  Así aparecieron más niños en el parque y así desarrolló actividades recreativas al aire libre que han terminado por involucrar a muchos vecinos. En suma, se ha generado todo un movimiento comunal donde padres e hijos participamos en el mismo espacio, donde conversando, jugando y practicando deportes entendemos que lograremos una comunidad mejor.

 

NOTA:

Las publicaciones futuras dentro de la categoría ENTRE PARQUES no seguirán ningún orden cronológico.  


2 comentarios:

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