FALSA APARIENCIA

 


 

Nadie limpiará los rastros de hambre en su habitación

nadie sacará la vieja mesa coja de aquel rincón,

aquella que nunca cargó en su dorso un plato servido 

y que asoma en su aura nostalgia de mal sabor.

Y en el otro rincón de la habitación, el de los sueños,

el viejo asceta expiró. En años hilados de hambruna

su cuerpo famélico se extinguió; y en soledad solicitada,

su espíritu inmenso al ansiado nirvana se elevó.

 

Ningún erudito llora al anciano de aquella habitación.

“Su facha lo dice todo. Este anciano fue un gran perdedor”.

Todos los sabios presentes perciben el corporal efímero hedor,

y ningún ojo sabio advierte aquel espíritu eterno que se elevó.


1 comentario:

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